Ana Patricia Chaves le pone todo su sabor al otro punto del Festival Petronio Álvarez

Ana Patricia Chaves le pone todo su sabor al otro punto del Festival Petronio Álvarez

agosto 17, 2019 3 Por admin

Por Marco Antonio Garcés – Editor general

El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez se goza de todas las formas, tradicionalmente a mediados de agosto de cada año en Cali. Es una cita a la que no se puede faltar para reencontrarse con las raíces de la raza negra, sus contagiosos ritmos y deliciosa gastronomía.

Las principales actividades del evento se centran en la ciudadela ubicada alrededor del Coliseo El Pueblo, pero esta vez el restaurante La Galería de Plaza, enclavado en el corazón de la maravillosa Plazoleta Jairo Varela, le abrió las puertas durante dos días -viernes 16 y sábado 17 de agosto (8:00 p.m.)- a la chef internacional o cocinera tradicional, como prefiere ella misma que le llamen, Ana Patricia Chaves Preciado, nacida en la emblemática Variante 54 de Tumaco y nombre que repite a cada instante porque se siente orgullosa de haber nacido en ese pedazo de la ‘Perla del Pacífico’.

Ana Patricia, que constantemente da cátedra de buena cocina en las Tardes del Sol, de Telepacífico, esta vez su puso el frac y su elegante turbante para compartir en vivo con los distinguidos comensales de La Galería de la Plaza, dándoles las fórmulas de sus mejores platos.

Receta tras receta, disfrutamos de la elocuencia de esta enérgica morocha que con mucho tesón sacó adelante a sus tres hijos, quienes la acompañan para dar fe de la unión que se vive en la familia.

También sacamos unos minutos para danzar con ella al vaivén de los cununos, los bombos y la marimba, contagiándonos de esos espectaculares sonidos que inmortalizaron nuestros antepasados. Momentos después de contarnos su historia, esta mujer a la que su humildad la hace mucho más grande, explicó cómo preparar para la entrada un sofrito del Pacífico con toyo ahumado en una canasta de plátano, así como una cazuela de pescado con camarones y coco con sofrito del Pacífico. La verdad, para chuparse los dedos, sin pena.